Se escucha decir con frecuencia que una materia obligatoria en el colegio debería ser educación financiera, y es totalmente cierto. Si los niños aprendieran en sus primeros años de vida a manejar sus finanzas, entendiendo la diferencia entre el dinero que ingresa (ingresos) y el que se gasta (egresos) seguro tendríamos adultos incremento de patrimonio y concentrados en el trabajo, porque mientras trabajan generan rentabilidad y así, de alguna forma, aseguran su futuro. Eso los hace colaboradores más productivos, como explica este estudio de TIAA, que es el acrónimo de Teachers Insurance and Annuity Association, una fundación que se enfoca en la construcción de patrimonio para el gremio de profesores en EE.UU.
Ecuador no tiene una asociación que impulse a profesionales de distintas ramas en la construcción de patrimonio pero el área de Talento Humano en las empresas debería comenzar a trabajar este tema, porque empleados endeudados y con problemas financieros repercutirá sobre la productividad. Hoy los panoramas financieros cambian rápidamente y esto requiere que los colaboradores estén al día con conocimientos sobre el manejo de sus ingresos. Al brindar a los colaboradores las herramientas necesarias para administrar su dinero, se generan unos beneficios implícitos en la compañía, tales como:
- Satisfacción laboral
- Mayor retención de empleados
- Incremento de la productividad
- Colaboradores más comprometidos
Hay un vínculo directo entre el correcto manejo de las finanzas por parte los colaboradores y su buen desempeño en el trabajo. La razón es que los empleados con conocimientos financieros, gestionan mejor su deuda, entienden la diferencia entre ahorro e inversión y tienen su fondo de emergencia para enfrentar cualquier eventualidad, pero también están invirtiendo para el futuro gracias al interés compuesto y eso les genera seguridad financiera que les permite atender sus tareas en la compañía de mejor manera.
A diferencia de esos colaboradores que administran bien su dinero, por otro lado están quienes están endeudados y eso les impide concentrarse en sus tareas. Si su score crediticio, -que es un registro que va de 0 a 999 y detalla la cantidad de deuda que tiene una persona, cómo la está manejando y su capacidad para adquirir una nueva deuda- está mal eso le impide acceder a nuevos préstamos para aliviar esa deuda. De hecho, después de la pandemia del Covid que inició en 2020, el porcentaje de clientes con calificación roja, – es decir, menos de 377 puntos de score crediticio-, creció de 4,8% en diciembre de 2019 (antes del Covid) a 6,4% en junio de 2020, cuando estalló la pandemia, según datos de la Asociación de Bancos del Ecuador (Asobanca). Esto quiere decir que durante la pandemia incrementó la cantidad de personas que no pagan deudas y eso, de alguna manera, cuando son colaboradores dependientes de una empresa genera complicaciones que afecta el desenvolvimiento profesional.
En Ecuador no existe enfoque en educación financiera en las empresas, pero en EEUU, una encuesta realizada por el Fondo Nacional para la Educación Financiera (NEFE), el 35% de adultos en ese país indica que “su mayor preocupación es que el dinero les dure y no sienten total apoyo por parte de sus empleadores en el manejo del mismo”. De hecho, el 80% de empleados consultados entre 2021 y 2022 expresaron que las preocupaciones monetarias se han vuelto molestas, a tal punto que les toma un promedio de 8 horas a la semana encargarse de este inconveniente y 4 horas son del trabajo, así que definitivamente afecta el potencial del colaborador generando un impacto negativo en la productividad esperada.
El papel de Talento humano es clave en el bienestar del colaborador. Lo complejo es que el bienestar de una persona incluye el aspecto físico y emocional y en ese sentido el área de gestión de recursos humanos intenta buscar soluciones como pausas activas para reducir las lesiones musculares o el estrés; o dicta cursos para mejorar la interrelación entre colaboradores. No obstante, en el tema financiero hay pocas organizaciones que apuestan por colaboradores que sanen sus relaciones con las finanzas y eso sería una oportunidad para impulsar la productividad y obviamente la retención de empleados que se verán más comprometidos de la mano de una empresa que los acompaña en la construcción de su patrimonio, que es similar a cumplir sueños como una buena educación para los hijos o una casa propia.
